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 Interiorización del machismo en los acosadores como causa del Acoso Sexual Callejero

Para entrar más en contexto de lo alarmante que es esta situación expondré unas estadísticas realizadas por el Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú sobre Acoso Sexual Callejero, la cual nos brinda como resultado que 7 de cada 10 mujeres peruanas han sufrido de acoso en las calles. Esta es una cifra realmente alarmante que se incrementa en nuestra capital, ya que 9 de cada 10 mujeres limeñas han sufrido de acoso sexual callejero. En este texto se explicará la interiorización del machismo en los acosadores como causa de este problema.

El acoso sexual callejero es un problema generado por múltiples factores, pero uno de los más relevantes es la justificación de los hombres para realizar acoso sexual porque es parte de su hombría. Para entender este factor hay que analizar la definición de masculinidad según Marieliv Flores Villalobos en su texto “Al acecho de una presa: el discurso del acosador acerca del Acoso Sexual Callejero en la avenida Abancay”.  Se podría decir que la masculinidad se transforma en el poder que unos hombres tienen sobre otros individuos. En relación con el acoso sexual callejero, el acosador busca obtener un reconocimiento tanto de la víctima como de quien pueda presenciar el acto. En consecuencia, existen ciertas motivaciones que incentivan a los hombres a cometer esta clase de actos. Una de ellas es demostrar y reiterar su posición de poder ante las mujeres, otros buscan establecer un contacto fugaz con ellas, mientras que otros solo buscan quedar bien con los amigos, ya que el hecho de estar en grupo los incentiva a cometer actos que tal vez no harían si estuvieran solos. Todas estas motivaciones engloban el sentido de satisfacción de los hombres por demostrar que pueden ser más delante de una mujer.

Ahora abordaremos otra rama de este factor la cual es acoso sexual callejero como respuesta al pedido implícito que realizan las mujeres para ser observadas o “halagadas” por los hombres. La mayoría de hombres tienen ideas erróneas respecto a lo que desea una mujer, muchos de ellos manifiestan que según el tipo de vestimenta que una lleve les otorga suficiente información para saber si esa mujer quiere ser observada y recibir un piropo. Sin embargo, esto no guarda coherencia completa ya que se ha observado en varias oportunidades a mujeres que vestían ropa conservadora siendo víctimas de alguna expresión de acoso sexual callejero. A su vez en varios testimonios de los acosadores es realmente notorio cómo la sociedad peruana ha normalizado este problema. Estos son algunos testimonios extraídos del texto de Marieliv Flores que ejemplifican el problema mencionado anteriormente: “El único medio de decirle a una mujer algo bonito es a través de un piropo”, “Si usa pantalones blancos y apretados es porque ella quiere ser vista” y, por último, “Ellas dan mucha visión para el hombre, eso indica que también es más rápido las violaciones”, testimonios realmente alarmantes.

En resumen, en el primer párrafo se abordó cómo los hombres toman al acoso sexual como acción efectiva para reafirmar su hombría, mientras que en el segundo párrafo se explicó las ideas que tienen los varones sobre las mujeres en las vías públicas justificando sus actos de acoso sexual callejero. Cabe resaltar que es un problema social que se está agravando día a día y las autoridades no hacen nada al respecto. Es realmente alarmante ver que 23 municipios de Lima aún no implementan normas para combatir este problema y, también, que solo dos casos de acoso sexual callejero han sido sancionados desde el 2016. Es necesario realizar un llamado a las autoridades y a su vez concientizar a la población, pues todas tenemos el derecho de sentirnos seguras en las calles y a decidir sobre nuestro propio cuerpo. Anhelamos poder caminar tranquilas en este país y que cada día el llegar a casa no sea un reto para nosotras.

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Lamentablemente el acoso sexual callejero es un problema social que nosotros mismos hemos normalizado.

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