En Lima, según la "II Encuesta de Victimización" realizada por Ciudad Nuestra (2012), siete de cada diez mujeres se sienten inseguras en las calles. Existen indicios de que el acoso sexual callejero presenta su origen en las familias en las que prima un ambiente patriarcal. Según García y Mosquera (2018), “las prácticas de crianza son estrategias parentales específicas para lograr metas dentro de un entorno social”. Sin embargo, si las familias presentan actitudes machistas las consecuencias serán que los hijos presenten actitudes y acciones de hostigamiento hacia las mujeres en diferentes ambientes, como la calle, el trabajo o el hogar. En este texto, se explicarán cómo ciertos estilos de crianzas sexistas son factores del acoso sexual callejero.

 

Para ello, en el primer párrafo se explicará algunas prácticas sexistas en la familia. Según García y Mosquera (2018), “las actitudes sexistas, con referencia al acoso sexual callejero, son los juicios personales hacia una persona por su sexo biológico y que, a su vez, son influenciados por sentimientos, pensamientos y creencias que se aprenden en la familia”. Una de las posibles manifestaciones del sexismo en los padres es el conocimiento que presentan sobre el género de sus hijos. Si es mujer, tiene que aprender a lavar, cocinar y saber cómo criar a los hijos. También, los padres entienden a la mujer como una persona débil y que es frágil por sus emociones. Por otro lado, si es varón, él debe aprender a ser la fuente de ingreso de la familia y debe saber que es el encargado de la toma de decisiones. También, los padres vinculan al varón con la fuerza. No les permiten llorar o expresar emociones. Una causa de esta situación, es que los padres, a su vez, tuvieron modelos sexistas en sus propios padres. Esto quiere decir que, adquirieron experiencias que no fueron controladas por ellos. En consecuencia, los padres interiorizaron esta desigualdad de roles.

 

En el siguiente párrafo se explicará cómo los estilos de crianza sexista repercuten en los hijos. Entre las consecuencias de haber sido criado en un ambiente sexista, las mujeres se enfrentan a situaciones en las que se les impide participar con plenitud en la sociedad donde residen. El funcionamiento del sistema social ocasiona que las mujeres no cuenten con las mismas oportunidades laborales, educativas y políticas con las que cuentan los varones, ya que la sociedad tiende a señalar a la mujer como alguien inferior al hombre. Otra consecuencia de las crianzas sexistas son los comportamientos que suelen mostrar los hombres. Después de haber crecido en un ambiente agresivo, con pensamientos de inferioridad hacia la mujer, el hombre puede reaccionar de manera agresiva cuando se le presente ciertas situaciones. Ya sea en la calle, en el hogar o en el trabajo, muchas de estas reacciones pueden ser tomadas como normales para ellos. Por ejemplo, esto se manifiesta en el acoso sexual callejero. El acoso sexual sería un recordatorio de las diferencias hechas por la sociedad, en donde el varón y la mujer ocupan diferentes lugares. Por ello, tratar a una mujer sin respeto, no es visto como una acción maligna y esta acción es justificada con pensamientos machistas, tales como, “ella se lo busco por estar enseñando tanto” o “debería sentirse agradecida, después de todo la estoy adulando”.

 

Para finalizar, en este texto se explicó cómo los estilos de crianza son un factor del acoso sexual callejero. Para ello, en el primer párrafo se expresó las manifestaciones del sexismo que los padres les presentan a sus hijos. En el segundo párrafo, se explicó las repercusiones que puede traer una educación machista. En conclusión, el tipo de crianza que imparten los padres cumple un rol fundamental en la transmisión de actitudes, creencias y valores hacia los hijos. En consecuencia de una crianza sexista, los hijos presentan actitudes basándose en pensamientos adquiridos como parte de una educación impartida por sus padres.