De acuerdo con la investigación “Representaciones sociales de las mujeres jóvenes sobre el acoso sexual callejero en la ciudad de Puno”, realizada por Gustavo Medina y Anaiz Zapana, se obtuvieron diferentes testimonios de mujeres víctimas de diferentes tipos de acoso. El primer testimonio es de Andrea de 24 años, víctima de acoso verbal; “Me dijeron palabras horribles, obscenas, que son tan feas que no me gustaría ni repetirlas (…)”. Además, afirma que estas situaciones generan miedo, indignación y disgusto hacia las mujeres las cuales no saben cómo actuar frente a estas situaciones.  El segundo testimonio es de Rosario, quien tiene 24 años. Ella fue víctima de acoso físico callejero. En su testimonio ella manifiesta que un hombre intentó agarrarle los senos en la vía pública. Su reacción fue espantar al sujeto agarrando una piedra y así lograr que este se alejara de ella. A su vez, Rosario manifiesta que siente que es injusto que ella salga a trabajar y que le falten el respeto de esa manera. El último testimonio es de Carolina de 23 años. Ella fue víctima de una persecución por parte de un desconocido. Aquel sujeto la venía siguiendo e intentando hablarle a lo largo de todo el camino en que ella regresaba a su casa. Con temor de que el sujeto sepa dónde vive, Carolina se refugió en una librería cerca de su casa a esperar a que el señor decida irse y dejarla en paz. Ante todos estos testimonios, se puede concluir que las mujeres no se sienten seguras en las calles y tienen un alto nivel de vulnerabilidad. A algunas les parece una injusticia el no poder sentirse libres, no poder transitar por las calles sin preocupación alguna, sin faltas de respeto o persecuciones.

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