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Problemas en el ámbito legal (vacíos e incumplimientos) como factor del acoso sexual callejero

El Perú tiene una cultura machista desde hace muchos años atrás. Evidentemente, no sabemos exactamente cuándo fue que estas ideas machistas comenzaron a existir, pero sí podemos observar cómo aumentan año tras año, ocasionando diversos conflictos entre hombres y mujeres. Uno de estos problemas es el acoso sexual callejero, que son las prácticas de connotación sexual ejercidas por una persona desconocida, en espacios públicos; que suelen generar malestar en la víctima. Estas acciones son unidireccionales, es decir, no son consentidas por la víctima y quien acosa no tiene interés en entablar una comunicación real con la persona agredida. En este texto explicaré cómo algunas deficiencias en el ámbito legal son un factor del acoso sexual callejero.

 

Hasta el año 2015 no existían leyes para sancionar a los acosadores sexuales. Esta situación era muy grave, porque se trataba de una violación de los derechos humanos que atentaba en contra de la dignidad, libertad y seguridad personal. Si una mujer trataba de denunciar estos actos, aunque las autoridades quisieran atrapar a estos agresores, no podían porque no existía ninguna ley que estuviera a favor de la víctima. La impunidad ante las denuncias era un punto clave en la persistencia del acoso sexual callejero, porque los agresores, al ver que no podían ser denunciados y no se les sancionaba de ninguna manera, podían seguir cometiendo estos actos libremente. Ariza (2017) refiere que estas prácticas se hicieron normales al pasar de los años, incrementando el machismo en el país y sobre todo tolerancia por parte de la población. “Las mujeres no atinaban a recriminar el acto o a defenderse, por el contrario, las reacciones más comunes eran alejarse lo más rápido que se podía del sujeto o simplemente ignorarlo” (Calero, Y., & Pérez, M., 2018).

 

En el año 2015 se decretó la ley 30314, que previene y sanciona el acoso sexual en espacios públicos. Quien cometa este delito será reprimido con pena privativa de la libertad no menor de 1 ni mayor de 4 años, inhabilitación, según corresponda. No obstante, existen ciertos vacíos e incumplimientos con respecto a esta ley. Muchas personas ni siquiera saben de su existencia. Otro motivo por el cual no se cumple esta ley es por falta de pruebas, ya que no basta solo con denunciar el hecho sino que también hay que sustentarlo con alguna prueba. Se han observado muchos casos en donde el agresor queda libre ya que la víctima no tuvo el tiempo de grabarlo o tomarle una foto en el acto, y que tampoco tuvo testigos que vieron la acción. El último motivo que mencionaré (existen más) es que hasta este año 2019, solo 23 de 43 municipalidades distritales de Lima Metropolitana aún no cumplen con la medida. Es decir, ni siquiera la mitad de los distritos de Lima han implementado esta norma. Por estas razones y otras más, es que aún prevalece el acoso en nuestro país. Si, las autoridades, junto con el ámbito legal no toma en serio este problema y no hace que se cumplan las normas, entonces los ciudadanos seguirán cometiendo estas faltas graves y seguirá tolerándose.

En resumen, tanto antes como después de la implementación de la ley 30314, continua presente el acoso callejero. Antes las autoridades se excusaban de que no existía ninguna ley que sancionara el acoso y por eso dejaban libres a los agresores. Sin embargo, después de la implementación de la ley, las autoridades siguen rechazando a las víctimas por falta de pruebas y muchas veces simplemente las ignoran porque no lo consideran un delito muy grave. En mi opinión, en el Perú se debe concientizar a las personas de cuán grave es el problema del acoso callejero. Dejemos de normalizar actos incorrectos y que propagan daños psicológicos tanto en el agresor como la víctima.

 

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"Se aprobó la ley, pero aún continua el hostigamiento"

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