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Conceptos: 

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el acoso sexual es un acto que implica contacto físico, de carácter desagradable y ofensivo para la persona que lo sufre. Para que se trate de acoso sexual es necesaria la confluencia de ambos aspectos negativos: no deseado y ofensivo. Este problema se produce debido a la condición de inferioridad que socialmente se ha atribuido a las mujeres frente a los varones, como los estereotipos o roles sociales. Las razones para la estandarización y el reconocimiento de estas prácticas son numerosas. Sin embargo, todas se relacionan con una razón similar: una cultura machista que estima la fuerza masculina y que, lejos de llamar la atención sobre los comportamientos de estos varones, acusa a las mujeres de provocarlos simplemente por la forma en cómo se visten, cómo caminan, etc (Vallejo 2012: 20). Además, el acoso sexual en lugares públicos se puede manifestar de diferentes tipos de formas. Uno de ellos es el acoso expresivo: consiste en gestos, miradas, sonidos, posición corporal, gemidos, suspiros, silbidos, que ayudan muchas veces a enfatizar las actitudes y los mensajes del hablante (Gaytán 2009: 22). El segundo es el acoso verbal: dentro de esta categoría se localizan aquellas expresiones verbales, que pueden ser consideradas por quien los recibe desde halagador hasta ofensivas (Gaytán 2009: 22). Por último, el acoso físico: constituido por todos los tipos de forma intencional en las que un hombre toca el cuerpo de una mujer sin su autorización en un lugar público.

Marcha femenina reclamando igualdad, para sentirse seguras y menos vulnerables en las calles.

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